El próximo 4 de abril se celebra el 60º aniversario de la mayor máquina de guerra y criminal agresión imperialista del mundo: la OTAN. No será un aniversário tranquilo, las movilizaciones y protestas para ese día, a nivel mundial, serán muchas y masivas. Particular importancia tendrá la que se realizará en Estrasburgo con carácter internacional.
Antecedentes históricos
En 1948, tras la Segunda Guerra Mundial, fue firmado (por Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Reino Unido) el Tratado de Bruselas por el cuál se creaba la Alianza Atlántica. El miedo del mundo capitalista a los avances en la Unión Soviética de Stalin, les decidió ampliar la alianza negociando con Estados Unidos y Canadá y posteriormente invitar a Canadá, Dinamarca, Islandia, Italia, Noruega y Portugal. Estas negociaciones estaban encaminadas a crear una alianza militar.
El 4 de Abril de 1949 tras la firma del Tratado de Washington, se establecían las bases de la creación la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La razón por la que EEUU impulsó con entusiasmo esta “alianza”, y tras el Tratado de Washington ampliarla, era “tener una garantía de seguridad de los estados de Europa Occidental ante la creciente amenaza de la Unión Soviética y sus aliados“.
En contra de lo que está muy difundido, la OTAN no fué creada para contrarrestar al otro bloque imperialista, representado por la Unión Soviética de Nikita Jrushchov y sus aliados de la época si no, fundamentalmente, como guardián de los intereses del imperialismo en el mundo. El Pacto de Varsovia fue creado en 1955, seis años después y, este sí, con el fin de contrarrestar militarmente a la OTAN, tras la admisión y el posible rearme de la República Federal de Alemania. Un año antes, la Unión Soviética propuso
su unión a la OTAN, con el objetivo de mantener la paz en Europa, pero los países de la Alianza rechazaron la propuesta.
La “unidad” de los aliados en la OTAN
La unidad de los aliados en la OTAN lejos de ser una balsa de aceite ha estado llena de luchas internas por el poder de la misma desde sus mismos comienzos. Las diferentes estrategias e intereses imperialistas de los países que la componen son el origen de sus desavenencias. Así en 1958, el presidente francés Charles De Gaulle, protestó por el papel hegemónico que tenían los Estados Unidos en la Organización, y por lo que, a su entendimiento, era una relación especial entre Estados Unidos y el Reino Unido.
El entonces primer ministro del Reino Unido, Maurice Harold Macmillan, envió un memorándum al presidente yanqui Einsenhower argumentando a favor de la creación de una dirección tripartita, que pusiese a Francia en igualdad de condiciones que Estados Unidos y el Reino Unido. En ese mismo escrito abogaba también por la expansión de la OTAN en las áreas geográficas de interés para Francia, como Argelia, donde Francia intentaba eliminar las fuerzas insurgentes y necesitaba la ayuda de la OTAN, dejando claro el carácter imperialista y de ocupación de la organización.
En 1959, De Gaulle consideró todas estas medidas insuficientes y construyó una “defensa” independiente para su país. Las primeras medidas de esta decisión fueron retirar su flota en el Mediterráneo del comando de la OTAN y tres meses después, en el mes junio, prohibir la entrada de armas nucleares extranjeras en territorio francés. Esto provocó que Estados Unidos transfiriera 200 aviones a Francia y devolviera el control, entre 1950 y 1967, de las diez mayores bases aéreas que habían operado en Francia. Mientras tanto, Francia había desarrollado independientemente su propio programa nuclear, llamado
Force de frappe (literalmente en castellano, fuerza de ataque). Francia probó su primer arma nuclear,
Gerboise Bleue, el 13 de febrero de 1960 en la Argelia francesa.
Con todo, la Francia imperialista, no quedó fuera de la OTAN, su pulso fue para tener poder de decisión que apoyara sus agresiones imperialistas y de dominación, no para lograr la paz o ayudar los pueblos. Prueba de ello fueron sus muestras de solidaridad con los países integrantes de la OTAN en la llamada
Crisis de los misiles de Cuba en 1962. Y aunque los franceses retiraron su flota del Atlántico y del Canal de La Mancha en 1966; las fuerzas armadas francesas fueron retiradas del comando integrado de la OTAN, y se ordenó que todas las tropas extranjeras abandonasen el territorio galo -lo que provocó, en 1967, el traslado del Cuartel Supremo de la Alianza en Europa (SHAPE) de París a Casteau, en Bélgica-; Francia continuó siendo miembro de la alianza, y ayudó en la defensa de la Europa de un posible ataque soviético con sus tropas estacionadas en Alemania Occidental. En 1995, Francia volvió a unirse al Comité Militar y el actual presidente Nicolas Sarkozy ha anunciado su inminente
reintegración en el comando integrado en coincidencia con la cumbre del 60º aniversario de la Alianza del 3 y 4 de abril del 2009, que se celebrará entre Estrasburgo y Kelh, en la frontera franco-alemana.
La OTAN actual
Tras la desaparición del Pacto de Varsovia y la caída de los países que lo componían, la OTAN, lejos de desaparecer, incrementa su poderío y expansión al mundo entero mostrando su verdadera faz imperialista y de guardián de los intereses de los grandes capitalistas americanos y europeos.
En esta nueva situación, la OTAN ataca contra Yugoslavia en 1999. Inicialmente, el ataque estaba destinado a parar la limpieza étnica en Kosovo, donde se realizó una gran cantidad de crímenes contra la población civil, pero la realidad era muy otra: ampliar su dominio en la zona además de ser el campo de pruebas del
armamento nuclear de baja intensidad (los llamados
proyectiles de uranio empobrecido , armas usadas recientemente por el estado nazisionista de Israel en su guerra genocida y de agresión en Gaza, Palestina como le han acusado organismos internacionales de derechos humanos).
Ahora a la OTAN tratan de disfrazarla como una organización militar humanitaria (¿?) que colabora con organismos internacionales. Esto es lo que han pretendido cuando, tras la invasión de EEUU en Afganistán, la OTAN ha llevado una misión encargada por la ONU llamada
Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF). En realidad esa misión es el apoyo propagandístico, logístico y militar que necesitan las fuerzas imperialistas que componen la OTAN, con Estados Unidos a la cabeza, para darle una faz de “fuerzas del orden” o “fuerzas de paz” (lo que no impide que la OTAN haya reclamado
2.000 millones de dólares anuales durante cinco años para, supuestamente, “mantener el Ejército y la policía de ese país”, es decir para armas, fuerzas represoras y de combate).
Otro ejemplo: en la cruel y criminal guerra contra Iraq, iniciada por el
trío de las Azores con los estúpidos argumentos que todos conocemos, la OTAN intervino “nada más” que “entrenando a las fuerzas de seguridad del país” (es decir en las futuras fuerzas represoras) porque Alemania, que estaba contra la agresión a ese país, disuadió a los demás miembros de la OTAN de involucrarse en la guerra iniciada por EEUU y Reino Unido con el apoyo del gobierno de Aznar.
Más cercano en el tiempo, en el 2006, la OTAN entró en Afganistán mediante la
operación “Medusa” con el objetivo de acabar con los reductos talibanes en Panjwai y Zhari, en Kandahar, donde los insurgentes poseían una fuerte presencia, lo que demuestra su verdadera naturaleza: la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad es en realidad una pantalla legal para sus agresiones criminales en Afganistán que ahora el presidente americano
Obama aprovecha para “americanizar” el conflicto que no tardará en
extenderse a Pakistán haciendo muy real la posibilidad de otra guerra a gran escala.
Los tentáculos de la OTAN se extienden ya a todo el mundo. En el 2008 la OTAN pidió al gobierno colombiano que preside el fascista Uribe la presencia de tropas del ejército colombiano de expertos antiminas y antinarcóticos
para que participasen con la OTAN en Afganistán bajo jurisdicción del Ejército de España, considerado un experto en estas lides. En 2009 el ejército colombiano aprueba su colaboración en la ISAF bajo bandera española que se materializará en breve.
España y la OTAN
La reciente declaración del Gobierno español diciendo que se “va” de Kosovo ha revuelto al gallinero político español e
internacional. Tras las protestas explícitas del gobierno norteamericano, Zapatero corrió a dar explicaciones a todos sus amos y aliados, puso en marcha la maquinaria propagandistica del estado y movilizó a todo bicho viviente para apaciguar los ánimos de los reaccionarios defensores de la OTAN:
Moratinos explicando a los ministros de la UE cómo se haría la salida,
Carme Chacón hablando con el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, sobre el mismo tema para apaciguar los cabreos del amo yanqui y por si no era bastante, el mismísimo
Zapatero se reúne de urgencia con el vicepresidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, que tras cerrar la polémica, aseguró que España es uno de sus “socios más fuertes”. En otras palabras, Zapatero es un socio fiel a los dictados de quién manda en la OTAN.
Pero recordemos cómo entramos los españoles en la OTAN. En 1981, el gobierno del franquista reciclado a democráta Calvo Sotelo anuncia su intención de meternos en la OTAN. Pero no será éste si no Felipe González y su equívoca posición ante el ingreso en la OTAN y con la vista puesta en las elecciones de 1982 quién inicia una campaña de confusión empezando por el eslogan de “OTAN, de entrada no” que permitía diversas interpretaciones, lo que propició nuestra entrada en la organización militarista.
Este hecho fué la antesala del controvertido referéndum, convocado por el gobierno presidido por Felipe González, sobre la permanencia de España en la OTAN, ante la presión popular que se movilizaba en manifestaciones multitudinarias (algunas de mas de un millón de personas) en todo el estado. Los españoles mayores de 18 años fueron invitados a responder sí o no a la pregunta “¿Considera conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica en los términos acordados por el Gobierno de la Nación?”. El resultado fue el “sí” a la permanencia, gracias al apoyo del 52,5% de los votantes, frente al 39,8% que votó en favor del “no”. El “no” triunfó en todas las provincias de las comunidades autónomas de Cataluña, Navarra, País Vasco y en la provincia de Las Palmas, en Canarias. La participación fue del 59,4 por ciento. No fueron pocas las voces que opinaron que el referéndum fue manipulado o amañado.
No hay que olvidar que otros de los artífices de esta traición al pueblo español fué Javier Solana. Esto dicen las enciclopedias de él:
“El 5 de diciembre de 1995 Solana se convirtió en el nuevo secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), reemplazando a Willy Claes, quien se había visto obligado a dimitir por un escándalo de corrupción. Su nombramiento fue controvertido, ya que anteriormente Solana se había opuesto a la Alianza Atlántica y había escrito un documento denominado 50 razones para decir no a la OTAN. El PSOE se había manifestado contrario a la OTAN, pero una vez en el gobierno su actitud cambió. El 12 de marzo de 1986 en España se sometió a referéndum la permanencia en la OTAN, en un controvertido plebiscito en el que el gobierno y Solana hicieron campaña de forma exitosa a favor de la permanencia.
Durante su mandato al frente de la Alianza Atlántica se desarrolló la guerra de Kosovo. Esta intervención carecía de la autorización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y consistió básicamente en el bombardeo de objetivos militares y civiles de la República Federal de Yugoslavia. La OTAN justificó los ataques por motivos humanitarios a fin de evitar una limpieza étnica en Kosovo; sin embargo, el deliberado ataque de objetivos civiles generó críticas que llegaron a acusar a la OTAN de violar los acuerdos de Ginebra“.
Sobran los comentarios… o no. Hoy día, a pesar de no ser su secretario general si sigue siendo un furibundo defensor de la OTAN y su
hermano Luis, hoy entusiasta colaborador de los periódicos y medios de comunicación más derechistas,
se permite dar consejos al gobierno español sobre sus actuaciones con respecto a la misma.
Ante el 60º aniversario de la OTAN: movilización
Ante tales antecedentes solo cabe una postura: decir NO a la OTAN, decir NO a esa brutal máquina criminal, decir NO a este arma del imperialismo.
Está demostrado, como hemos visto por los hechos, que la OTAN no es precisamente una ONG que ayude a los pobres y desposeídos, los proteja y defienda, si no todo lo contrario. Es una organización agresora, criminal, de un poderío enorme que solo defiende y protege los intereses del imperialismo americano en primer lugar pero también de los más ricos entre sus aliados, y lo hace creando o participando en guerras de agresión o dominación pero también experimentando el armamento más atroz y cruel que se pueda imaginar contra poblaciones indefensas. Y, en su afán de conquista y rapiña no es nada descartable, como ya han avisado intelectuales de prestigio entre los cuales hay varios premios Nobel, que actúe a nivel global creando un conflicto de grandes dimensiones. Esto y no otra cosa es la OTAN.
Por todo ello es por lo que la respuesta de los pueblos al aniversario de esta máquina de guerra para el próximo día 4 de Abril en el mundo entero ha de ser contundente y clara. Hemos de acabar con la OTAN y debemos hacerlo ya.